Aparición en el mundo real

Una puerta de estilo oriental se abrió en una de las orillas del río. Mistia salió de ella y tras cerrarse se puso a caminar tranuilamente por la zona.

- Aquí también hace calor, pero al menos al estar cerca del agua la sensación es más agradable... Aunque tampoco encuentro nada de interes.

- No haces más que protestar. Parece un crio.

- Y tú no paras de protestar.

- Anda, date un baño.

- Creo que no.

El capitán se sentó en un borde, sacó su ocarina y comenzó a tocar una melodía con ella.

Tras acabar su jornada de trabajo, Ligea, decidió ir a dar un paseo por el río. Hacia un buen día, tal vez un poco caluroso, pero por eso se había puesto un vestido blanco de tirantes.
Iba paseando tranquilamente cuando se dio cuenta que había empezado a tararear una canción que no sabía donde había escuchado, que en ese momento estaba escuchando. Miró de frente y se encontró con un shinigami que tocaba una ocaria, y no era un shinigami cualquiera, era un capitán.

'Qué hace un capitán aquí', pensó.

Comenzó a retroceder lentamente, no tenía ganas de tener que dar explicaciones a un capitán sobre quien era y que hacía allí, además había algunas cosas que no podía explicar y, tal vez, ese capitán si sabía cobre ella. Tampoco quiso usar shunpo para huir de allí, ya que el capitán podría sentir su reiatsu. Dio dos pasos hacia trás y al girarse y apoyar al pie en el suelo, sonó un chasquido, inconscientemente agachó la cabeza.
El capitán tenía que haberla escuchado.

El capitán volvió la cabeza hacia el ruido. Vio a una hermosa joven de espaldas, había pisado un plástico del suelo, pero se había detenido.

'Un momento', pensó el capitán, '¿Por qué se habrá detenido?'

El capitán se llevó la mano a la empuñadura de su zanpakutoh mientras guardaba la ocarina en su funda. Se levantó lentamente y gritó:

- ¡Eh, tú!

La chica reaccionó y se volvió. El capitán agudizó sus sentido con parte de su reiatsu. No cabía duda, la chica lo había oído y lo estaba viendo en ese instante, ¿entonces porqué no sentía su reiatsu? ¿Era una simple humana con ciertas capacidades, algo normal en la zona, u otra cosa?

Fue una reacción casi instintiva, por eso se había girado. Vio al capitán de pie y con la mano en su zanpakutou, su cara era de pocos amigos.
Ligea no sabía si se debía a su reacción, si la había reconocido o por otra causa. Pero tampoco podía perder el tiempo esperando a que el capitán decidiera atacarla, de uno de los bolsillos de su vestido sacó un esfera verde y se la llevó a la boca. Salió de su gigai, vestía un traje largo blanco, se llevó la mano a la espalda y desenfundó su propia zanpakutou.

- Me temo que no has elegido bien tus pasos niñato. - esbozó media sonrisa en su cara mientras usaba el shunpo.

Reapareció delante del capitán lanzado un golpe con su arma desde arriba.

(off: Si, va a haber pelea, aunque duré poco si sales corriendo, niñato XDDD)

- Mueve el culo chaval.

Al escuchar el grito de su zanpakutoh, pues fue un grito, Mistia desenfundó su arma, la alzó agarrandola con una mano por la empuñadura y poniendo la otra por la parte no cortante, cerca del filo. Así paró el golpe de su atacante, un golpe fuerte que le hizo retroceder unos pasos hasta que fijó firmemente los pies en el suelo, momento en el que comenzó a andar hacia delante, empujando a su rival. Con un movimiento brusco logró separarse de ella y retroceder de un salto.

Sujetó la zanpakutoh con una mano, situanadola a pocos centímetros de su cara, cerró los ojos y comenzó a concentrarse.

- No sé quien eres, ni lo que quieres. Pero atacar a un capitán del Seireitei nunca queda sin castigo, menos si mi labor es, precisamente, la de castigar.

Abrió los ojos a la vez que provocaba un estallido de reiatsu al liberarlo.

- Tu presencia me ha hecho recordar que los cuentos de hadas no existen y que tu belleza oculta la maldad propia de las brujas que pueblan este mundo.

El capitán dibujó en su cara una sonrisa parecida a la que tenía la chica antes de lanzarse al ataque, era otra burla.

(off: los comentarios del personaje hacia las mujeres solo es para provocar al otro personaje al que se enfrenta, ni yo pienso así, ni es tampoco propio de la forma de actuar del personaje. Gomen si a alguien le molesta.)

(off: Por acuerdo entre Mistia y una servidora y para hacer más interesante el combate vamos a manejar mínimamente los personajes. Queremos entrar en acción, pero no matarnos, así que haremos una pelea interesante, pero no muy violenta. Es solo algo momentaneo y exclusivo de este primer enfrentamiento para que ambos vayamos poniendonos en marcha con los personajes.)

- ¿Pretendes que me asuste? ¿Con qué? ¿Con tus palabras o con tus actos?

Ligea también libero su reiatsu para ponero al nivel del capitán, aún así era muy poco, desde el punto de vista de la vizard, el que había liberado el shinigami. Y sin esperar al que este decidiera atacar, se lanzó hacia él.
El capitán la esperaba dispuesto a parar el ataque, pero ella uso shunpo para reaparecer a su espalda dispuesta a dar otro fuerte golpe. El capitán alzó la zanpakutou de la misma forma que había parado el primer golpe, golpeó con el codo a la vizard y rodo por el suelo lo suficientemente lejos como para levantarse sin encontrarse de cara con su rival, la cuál no había dudado ni un segundo en seguir el combate.

(off: sigo adelante con este combate)

Esta vez el capitán no se quedo esperando el ataque de su rival, ambos chocaron a mitad de camino, las hojas de sus armas crirriaban y se resvalaban, se separaron y lanzaron varias estocadas el uno al otro, siendo paradas por las armas de su contrario. Las chipas saltaban.
Saltaron hacia atrás esperando la reacción del otro. en ese momento el capitán sintió algo, una alteración en el aire.

- Alguien a llegado a Karakura.

Por mucho que conociera a su zanpakutoh es capitán no entendió a que se refería, pero no le gustaba esa sensación. Tenía que ir a comprobarlo... pero tenía la katana de la vizard apunto de darle en la cara, se agachó esquivando el ataque, retrocedió mediante el shunpo y apuntando con un dedo a la chica dijo:

- Bakudou: 61 Rikujōkōrō

Las seis barras de luz atraparon por la contura a la vizard sin darle posibilidad a moverse.

- Lo siento pequeña. Pero hay algo que reclama mi atención.

El capitán se marchó dando un gran salto y mediante el shunpo comenzó a alejarse del lugar.

Ligea vio como el capitán se alejaba, le había engañado con un estúpido truco.

- Me las pagarás.

Aumentó su reiatsu de golpe, de tal manera que las barras se rimpieron en mil pedazos.

- No puedes huir de mí.

Se fue tras el capitán.