Una Sombra Blanca.

-En ese segundo bajo la luna llena en aquel parque de diversiones, en la torre más alta de los lugares, una "garganta" o portal desde Hueco Mundo comenzaba a abrirse lentamente como si el cielo se defragmentara, así mismo una silueta esbelta de cabellos negros y largos de muy lisa contextura comenzaba a salir de dicho lugar posicionando sus pies con perfecto equilibrio, sobre el crepusculo de la torre más alta de aquel centro de entretenimiento, mientras abría lentamente así sus profundos orbes dorados, vestía en ese segundo inmaculados ropajes blanquecinos con detalles en negro que se ondeaban con suavidad al son de la fresca brisa, mientras alzaba asi su menton imponente y elegante, notandose como susurraba para si mismo-..... El Plano terrestre.... Ha pasado tanto tiempo desde que le divisé....-Por sobre su espalda enfundadas aparecian dos espadas, una de funda negra llena de tiras de cuero, y otra de funda blanca con dorado-

Según llegaba a la zona el capitán vio al joven de oscuros cabellos y su traje, sus malos presentimientos fueron convirtiendose en realidad.

- Un traje de las noches.

- No me digas que tienes miedo, niñato.

- ¿A ti te ha gustado esa chica?

- Y tú a ella.

El capitán iba a replicar algo, cuando sintió una presencia en su espalda, se giró justo a tiempo para parar un nuevo golpe de la vizard.

Ligea alcanzó antes de lo que pensaba al capitán, quería darle un golpe por sorpresa, pero este se volvió en el momento justo para detener su ataque.

- Al final vas a ser mejor de lo que pareces.

Desvió la vista hacia el hombre vestido de blanco.

- ¿Ya te has cansado de mí y quieres jugar con tu amigo?

Sonrió de forma maliciosa.

- Pues que sepas que aún queda mucho para que alcance mi límite. Además hay algo que quiero preguntarte. ¿Dónde aprendiste esa melodía que estabas tocando antes?

- Me la enseñó alguien que conocía hace tiempo, pero murió. No pienso contarte nada más.

El capitán miró a la vizard y de reojo al hombre. Este parecía observar lo que se desarrollaba a su alrededor sin hacer nada.

- Estás entre la espada y la pared.

- Tenemos hoy el día gracioso.

Utilizó el shunpo para alejarse más del hombre de blanco.

- Continuemos por donde lo dejamos.

A la vez se llevó la mano al oido y pulsó un pequeño botón del intercomunicador que llevaba.

- Capitán Mistia Mect del Segundo Escuadrón. Solicito permiso para liberar el Límite.

Silenciosos y pausados eran sus andares, entre la gente aparentando ser un humano mas del montón, se oían risas divertidas emitidas de las gargantas de los infantes y sus padres o tutores en el momento; llevaba las manos hundidas en los bolsillos de la negra gabardina que hoy vestía en su cuerpo de reposo, y una peculiar sonrisa que rebosaba en tranquilidad, como si aquel ambiente bastaba para hacerle sonreír y no solo eso, hacerla sentir en sus adentros como un ser ordinario, alguien que formaba parte de un montón.

- A veces eres muy ingenua ¿lo sabias? – suscitaba efímeramente una voz femenina, conocía bien ese tono calmado que sabia a reproche, ¿Cuándo aprendería esa mal criada a permanecer callada?

Ignoro aquellas vanas palabras fuera de lugar, sus ojos cuales piedras de rubíes permanecían levemente entrecerrados, con aspecto distraído y perdido entre la multitud, un pequeño copo blanco rozo una de sus blancas mejillas sacándola de trance, haciendo que elevase un poco el rostro hacia el cielo, donde bien visualizaba aquellos que hacia mover sus andares, un reiatsu de aroma que hacia mucho que no percibía, arrancar: dedujo mentalmente al tiempo frenaba sus pasos para quedarse con la mirada fija en el y una lluvia de copos blancos comenzaba a bordear la zona. Comenzaba a nevar.

Percibía muy por lo bajo otras esencias, con el reiatsu activo, un combate, para su fortuna el suyo que bien sabia ocultarlo por años de experiencia, estaba reducido a lo mas mínimo; después de unos segundos meditabundos reconoció a los individuos, uno de ellos le conocía, y percibía la levísima energía hollow en el mismo, el otro parecía el de un shinigami de alto rango, quizás un capitán, mal lugar para dar un paseo, siglos sin verse involucrada en la Soul Society y ahora aquello: bueno, mientras vallamos viendo, iremos hiendo…

- Curioso, ese traje blanco es algo delatador ¿no crees? – interrogo la rubia refiriéndose al joven que yacía en los cielos, en su rostro la sonrisa confiada y en sus ojos carmesíes el brillo de la astucia de un serpentario.

-Aquel hombre sonreiria con suavidad notandose la serenidad de sus orbes mientras se mantenía sereno en el sector, sus cabellos se ondeaban con suavidad al son de la brisa mientras sin abrir sus labios, se escucha la voz de aquel joven en la cabeza de Trinity como si ya le conociera-

No tengo nada porqué esconderme Lady Ichimaru, talvez este aroma a Hollow es el que les intriga con levedad... Hehehehe... Creo que eres la única que sabe que no deben preocuparse....

-Susurraba la serena voz del chico habiendo notado los Reiatsu de aquellos tres seres desde las alturas, así saltando desde dicha torre, comenzaría a moverse por sobre lugares altos, en largas zancadas que usaba como saltos, cayendo finalmente sobre otro edificio lejano-....

... ¿Aún estará por aquí lo que busco?....

Luego de aquello los orbes profundos y doradizos de aquel chico se fijaban en cada uno de los seres que invadían con golpes la paz del lugar, pero en vez de preocupacion una tenue sonrisa casi imperceptible se formó por sobre sus labios, observando así los acontecimientos entre los llamados Ligea y Mistea, en su espalda la espada negra que llevaba parecía vibrar un poco por los reiatsus de aquellos individuos-....Lo sé, calma Kuroi...No será hoy...

-Luego así voltearía hacia Trinity con quien mantenía el enlace mental-.... Esto no es coincidencia, ¿o si Lady Ichimaru?

La brisa ondeaba sutilmente aquellas cobrizas hebras, los copos de nieve comenzaban a danzar con el viento en una blanquecina llovizna, la sonrisa permanecía en sus comisuras tan tranquila e inmortal, le escuchaba en sus sienes y no le molestaba en lo absoluto, hacia mucho que no escuchaba la voz de aquel chico, si realmente había pasado el tiempo, parecía que hubiese sido ayer.

- Las casualidades no existen en este mundo, solo lo inevitable – susurro serenamente mientras daba unos pasos cortos hacia delante, alejándose cada vez mas de las gentes, llevaba los ojos ligeramente entrecerrados con la mirada ahora fija en aquella repentina nevada, mientras mantenía aquel enlace de mentes, una comunicación ‘’telepática’’ – la pregunta es ¿Qué es lo que será inevítale, a partir de ahora?

... Bien, en eso concuerdo lady Ichimaru... Pero lo que sea o no inevitable no es interesante...Me agrada más cuando las situaciones aparecen de sorpresa, detesto la monotonía....Y haber estado luchando durante tanto tiempo contra otros de mi especie para alimentar a Kuroi... Me ha hecho amar estos lares, ya que Hueco Mundo es tan simple..... Tanto como las mentalidades de los Hollow...

-Suscita aún en la mente, notandose como continuaba observando los movimientos de aquellos personajes nuevos, sus orbes dorados eran serenos y profundos, pero tambien sumamente e nigmaticos, mientras la brisa se hacía más y más fuerte los copos de nieve caian sobre su ropa blanca sin notarse, pero si se veian por sobre las hebras de su sedoso cabello negro-

Y la pregunta es realmente... ¿Si estaremos de un lado o de otro cuando eso inevitable llegue... O simplemente en el centro?

Continuaba con su andar pausado por los alrededores del parque de atracciones, alejándose cada vez más de este y de las voces, las risas poco a poco se apagaban a medida que se adentraba a un patio trasero rodeado de árboles y vegetación que poco a poco iba siendo cubierta por unos fríos puntos blancos, su fleco se desviaba a entre cubrir su ojo siniestro, dándole un aire de misterio y serenidad al mismo tiempo con la expresión que mostraban sus pálidas facciones, a contraste con el frió ambiente que se disponía.

- Mientras vayan ocurriendo las cosas, se irán tomando las acciones necesarias… supongo que eso es lo que definirá nuestras posiciones, aunque… - hizo una pausa, meditando por escasos segundos sobre cierta posibilidad que se le escapaba de las manos – siempre me ha gustado permanecer en mi propio lado; si he de colaborar con alguien será porque así lo deseo.

- Una forma sencilla de moverse en el tablero.

De pronto en el cielo oscuro apareció una silueta, una mujer de cabellos cortos de color morado estaba parada observando el suceso desde un principio. Su kimono violeta y su cinta roja que rodeaba su cintura volaban con el viento al igual que sus cabellos, unas mariposas rosas brillantes volaban alrededor suyo y sólo sonrió para despues decir algunas palabras.

-Permiso otorgado capitán Mistia, podemos activar el liberador.- dijo la mujer con una sonrisa un tanto misteriosa.

Al mismo tiempo aparece a un lado del capitán y le mira con los ojos.

-Es hora de empezar, no cree?

Desde aquel pequeño aparato que pasaba desapercibido en el interior del oído del capitán, y luego de varios segundos de silencio, una voz finalmente hace presencia, dando un mensaje que sólo el shinigami podía escuchar.

-"El permiso le ha sido concedido, puede proceder a liberar el limitador"-y así como fué de breve, la voz se cortó luego de entregar el preciso mensaje.

(OFF: Pues...no se que digan ustedes al respecto, pero los capitanes no deberían estar bajando así de la nada solamente por puro gusto, al menos sacar una excusa o razón de por medio no sería algo del todo malo y daría realismo a la cosa, ¿o no?)

(off: culpa mía comandante, quería escribir un informe a la vuelta inventando la causa... claro que no esperaba ponerme a pelear tan pronto tan en serio.)

El capitán aparto a la capitana suavemente de su camino, se tocó el pecho para liberar el límite y sonrió ante las palabras de la vizard.

- Agradezco su presencia capitana, pero quiero continuar con este asunto a mi manera. - sonriente abrió los brazos y añadió mirando a la otra chica. - Soy todo tuyo.

- Bakudou: 61 Rikujōkōrō

Pronunció Ligea, copiando el movimiento del capitán, luego uso el shunpo para situarse en la espalda del capitán, dispuesta a atacar.

El capitán se sorprendió ante el movimiento de su rival, se había confiado demasiado. Sólo tenía una salida...

- Luz de Luna.

Su zanpakutoh cambió, dejó de ser ese pesado bloque de metal, para convertirse en una afaliada katana plateada cuya hoja estaba rodeada por una brillante neblina del mismo color.
Las barras de luz comenzaron a congelarse y solas se partieron. el capitán puso esquivar el ataque que habían lanzado contra él, giró sobre si mismo para atacar a la muchacha, esta notó que todo a su alrededor comenzaba a congelarse ligeramente, la temperatura estaba bajando repentinamente.

- Un capitán impetuoso y nervioso. A la mínima has liberato tu shikai. Creo que no merece la pena seguir luchando. - se dio la vuelta dispuesta a marcharse, en ese momento se dio cuenta que había otro shinigami allí. Podía impedirle el paso. - Nee, al final tendré que matarte... y pensar que todo comenzó por un simple paseo...

Se llevó la mano a la cara y haciendo un movimiento de arriba a abajo apareció su mascara de hollow de ojos triangulares, enorme mandíbula de dientes afilados y esas lineas de color desde los ojos a los extremos de la boca.

- Tranquilo, será rápido.

- ¿Crees que una máscara me va a asutar? Esperaba algo más de ti.

El capitán agarró con fuerza su zanpakutoh y se lanzó al ataque.

A pesar de que obedeció la orden de un compañero se quedó a observar lo que seria una buena batalla aunque examinó muy bien las acciones del capitán.

-*se deja llevar por sus emociones, aquien se le ocurre liberar su shikai justo en el comienzo de una , aparentemente, interesante? sólo a él Yan Lin, Sólo a él...*- pensaba mientras miraba con atención.

Sintió que no era necesitada ahí y justo cuando decidió retirarse se percató de otra prescencia.

-*Trinity...me alegro de verte*- pensó cuando le dirigió una mirada a aquella vizard.

Sin más que hacer abrió aquella tradicional puerta oriental y entró para luego desaparecer por completo.

Sus orbes se fijarían ahora en las nuevas presencias, parecía esto un festival de almas y reiatsus, el parecía ser el unico Espada en los lugares, uno muy diferente a los otros pero un Espada en fin, su mirada entonces se posaría con serenidad en la dama Kaara, quien saludaba a Trinity la unica persona que conocia de todos estos, ya que la estadía en Hueco Mundo se había prolongado bastante desde su ultima visita al plano terrestre.

" ¿Quien es ella? Lady Trinity..."

Suscitaba el misterioso hombre con serenidad, sintiendose su reiatsu tranquilo y enigmatico mientras se cruzaba de brazos notandose como sus cabellos eran ondeados por el helado viento, mientras la noche avanzaba y las nubes cubrian la luna y el cielo.

"¿A caso antiguos compañeros de grupo?"

Un suspiro fue la respuesta inicial, un breve gesto de melancolía opacado inmediatamente por su actitud despreocupada y una sonrisa a medio labio, ver a Yang Ling al menos a distancia era algo que no tenia previsto tan pronto, muchas personas de su pasado comenzaban a entrar en escena ¿todo por que?

- Una vieja colega, una buena amiga… vaya, no esperaba encontrarme con shinigamis del pasado en estos tiempos, si que es una sorpresa.

Sus ojos carmesíes adoptaron un brillo pensativo, meditabundo, ladeo el rostro hacia el cielo notando la oscuridad del mismo y los blancos copos que descendían a enfriarlo todo – una sorpresa, se avecina.

Ligea paró el golpe del capitán, pero notó como su espada comenzaba a congelarse, con un shunpo apareció en la espalda del capitán.

- ¡Cero!

El ataque dio de lleno en la espalda del capitán

El capitán recibió el impacto directamente, debido a ello salió disparado, impactó contra el suelo y fue rodando durante un buen rato. Finalmente posó los pies en el suelo y fue frenandose. Estaba lleno de cortes, heridas y quemaduras. Su capa y la parte de sus ropas que tapaban su espalda habían desaparecido. Se paró a recuperar el aliento. Señaló a la capitana y volvió a hacer uso del kidoh.

- Bakudou: 61 Rikujōkōrō.

Y una vez que las barras de luz la rodearon lanzó su propio ataque.

- Rayo de luna.

Un rayo de luz plateada salió de la punta de su zanpakutoh e impactó en la inmovil vizard que comenzó a congelarse.

- ¡Canta, siren!

La explosión de reiatsu rompió la capa de hielo que se formaba a su alrededor. La katana se convirtió en una espada más fina, cuya empuñadura era una flauta. Comenzó a hacer sonar su flauta, un charco de agua apareció a sus pies, del cuelo se alzaron unos pequeños remolinos de agua. Hizo que los hilos giraran a gran velocidad y se lanzaran hacia el capitán. A su vez recubrió la hoja de la espada de pequñas gotas de agua.

-La atención de aquel joven se encuentra dividida entre Trinity y la dama de quien le hablaba y la batalla que se daba abajo, lo que había predicho se estaba volviendo verdad, después de aquel antiguo tratado de no violencia, todo había vuelto a ser como antes, batalla tras batalla se acercaban a un nuevo destino caótico, el zanpakutoh Kuroi vibraba con excitación, pero para Kronos todo parecía más profundo-....

.... Pronto... Muy pronto comenzará lo que he predicho...tsk...