Una Sombra Blanca.

Al igual que aquel ex convicto, ella también lo predecía, su vida pacifica como una humana cualquiera en el mundo humano estaba por terminar, y no solo eso, sino que sentía que aquel día se acercaba, cuando volvería a verlos, a verlo a “él”.

Pensar en eso solo sacaba una triste sonrisa melancólica de sus labios, lo que facilitaba aquel frió escurrirse por su nuca y que bajase a su piel, levemente un estremecimiento acabo por recorrerla hasta hacerle arquear las cejas, después de todo las cosas no pasan desapercibidas, todo tiene una razón de ser.

- Será divertido… habrá mucho que ver y otras que no.

- Este combata acaba de decidirse a mi favor.

Mistia aumentó su reiatsu de tal manera que el aura de frío que le rodeaba llegó hasta los remolinos y gotas de agua que rodeaban a la vizard. Congeló todo.

- Sus posibilidades se han visto reducidas, señorita.

.... Creo que tengo un lugar donde ir...Lady Ichimaru.... Creo que se por donde comenzar mi investigación.... Cuidate....


-Susurra mientras da un alto salto, desenfundando a Kuroi por unos segundos para abrir una "garganta", en el cielo entrando a aquel portal que se dirigía a Hueco Mundo donde sabía que alguien había despertado-

Asintió levemente en respuesta a la despedida del joven arrancar, después de todo ella ahora también tenia cosas que hacer, ¿Cómo que? Prepararlo todo por supuesto, había llegado la hora de moverse, todos lo estaban haciendo y el clan de los vizard no debía quedarse atrás, debía buscar mas de los suyos por el bien de las almas desdichadas que tuvieron la misma suerte que ella; no debía dejar que nadie mas pasase la humillación que hace treinta años había padecido.

- Me temo que yo también deberé moverme – suspiro y ladeo el rostro en dirección al encarnizado combate entre Ligea y aquel capitán, se sonrió levemente con intenciones de permanecer un momento mas, por si las cosas se ponían serias y venia mas gente de la Soul Society e incluso si ese capitán llegaba a ponerse peligroso le tocaría intervenir, no dejaría que un colega muriese a manos de un shinigami, eso ya era instinto para Trine.

Mas de repente sintió ese choque de energías tan propio de los entes espirituales cuando perciben un ser de gran reiatsu que causa el mas ligero barullo, o quizás no tanto, sentía el movimiento por lo bajo y su instinto le obligaba a tomar cartas, no era un shinigami por supuesto, pero tampoco le parecían agradables los hollows y los arrancar y mucho menos los seres que se metiesen con los humanos, claro la única excepción que haba hecho era con Kronos pero por obvias razones, el no se comportaba como los otros de su raza.

- Perdóname Ligea, pero me temo que tendré que dejarte sola un momento… - susurro vagamente para si, llevo su diestra al interior del bolsillo de su gabardina oscura, de la misma saco un dulce de coloración verde fosforescente, el cual introdujo en su boca para luego ser desprendida de su gigai y mostrarse en su aspecto espiritual, no había cambiado mucho, su mascada rojo oscuro intenso y su kimono negro de shinigami sin mangas, obviamente ya no tenia su antiguo manto de capitán.

- Ve a la guarida, no dejes que ningún shinigami te vea – le dijo al alma modificada que ahora estaba en su cuerpo de reposo, la cual asintió con seriedad y procedió a abandonar el escenario de blancas nieves; y sin pensarlo mas la joven de rubios cabellos desapareció de un solo paso instantáneo para dirigirse hacia el nuevo ser que había venido a alborotar los alrededores. En el bosque.

- Con que vencida, ¿eh?

Potenció su reiatsu hacia las gotas de agua congeladas entorno a su zanpakutou, estás raccionaron, y aún cogeladas siguieron guirando alrededor de su hoja, hizo un movimiento y las lanzó hacia el capitán, si había algo mejor que unos dardos de agua lo eran unos afilados dardos de hielo.

El capitán evitó esos dardos con un shunpo, reapareciendo a la espalda de la vizard, sus espaldas casi se tocaban y ninguno se movía, espetaban el próximo movimiento de su rival.

- Esto ha terminado.

Ligea guardo su zanpakutou y volvió a la normalidad, también se quitó la mascara.

- No hay nada mejor que tras un duro día de trabajo se pueda hacer algo de ejercicio.

Usando shunpo se alejó en busca de su gigai

El capitán se quedó un poco sorprendido por el repentino cambio en la pelea. Pero tampoco tenía ganas de salir tras ella.

- Se ha vuelto a burlar de mí. Esto me recuerda a los viejos tiempos.

Hacia demasiado tiempo que no veía a Ligea, pero esta había vuelto a cambiar de nombre, en parte, de aspecto, era un vizard y no parecía acordarse de nada. Fue ella la que le enseñó a tocar la ocarina china... Sacudió la cabeza para apartar sus recuerdos. De eso hacía mucho tiempo y por entonces él no era capitán y no un capitán cualquiera.
Se dio una palamda en la frente. Lo que había hecho carecía de sentido y se alejaba de sus responsabilidades y de las normas y las leyes del Seireitei. Debía volver cuanto antes a informar, disculparse e intentar salvar el pellejo y el puesto. Informarse sobre la situación respecto al Hueco Mundo. Notaba el reiatsu de un Espada, por suerte el asunto ya estaba en manos de la capitana del escuadrón 11 y estaba esa otra vizard que se había retirado hacia poco del lugar.