Residencia y Dojo HANG

Raito se separa inmediatamente de su capitana ya que aquel impulso no fue pensado, sólo ejecutado.

-Discúlpeme Lin-san taicho! acepto cualquier castigo!-

Dice inclinándose en frente de la capitana de la décima división mientras hace unas reverencias con sumo respeto, espera seguir sirviendo a su capitana y que no lo transfieran a otra división o lo que sería peor... ser explusado. Mil ideas iguales o peores pasaban por su cabeza tan rápido y repentinamente que apenas y le alcanza el aliento para decir unas cuantas palabras de forma suave y queda, lo suficiente para que la taicho oyera perfectamente.

-Bueno, eso era lo que le quería decir nada más que no encontraba palabra alguna o acción que justificara aquel sentimiento-

Aún no se reponia de aquella linda sorpresa y aun seguía un poco ruborizada.Tampoco sabía que decir pero recordo sus "raices" y se tranquilizó un poco con una lijera sonrisa.

-Ya veo, así que era eso lo que me querías decir- dice mientras cruzaba los brazos-pero...-cayó aunque pensaba bien en las palabras adecuadas-...pero no recibirás ningun castigo, Raito.

Decía mientras caminaba un poco hacia su teniente y levantaba su mano hasta la altura de su rostro. Cualquiera pensaria que le fuese a dar algún golpe, por su extraño caracter, pero en lugar de eso fue una caricia.

-No hay nadie a quien castigar.De hecho, escogiste el modo adecuado- su sonrisa se hacía más tenue al igual que su rubor en sus mejillas.

Raito impresionado se levanta lentamente y ve aquella sonrisa tan cautivadora que tiene la fémina jefa y los hermosos y cristalinos orbes llenos de tanta pureza.

-Entones... sería usted mi... mi...-

Aún seguía nervioso, sin poder completar la frase correctamente y sin error, esto le ocasionaba nerviosismo y y estrés... esperaba una ayuda de su taicho

De alguna forma le hacía sonreir la reacción de su teniente pues era nuevo eso para ella. Apesar de eso sabía lo que le queria decir y asintió con la cabeza.

-sí, Raito, seré tu- interrumpio hasta quedar frente a él y le tomó las manos- pareja.

Fue su última palabra antes de sonreirle y abrazarlo cariñosamente con los ojos cerrados.Lo abrazó con un poco de fuerza y abrio suavemente sus ojos mirando las estrellas ruborizada.

-si no lo hacías tú...lo haría yo, algún día...-dijo y cerró los ojos.

Raito sonrrojado corresponde a aquel abrazode forma muy afectiva y cariñosa, sosteniéndola fuertemente, pero sin lastimarla entre sus brazos cierra sus ojos y deja que el tiempo pase y pase y pase... El lugar comenzaba a tener un extraño brillo, luminosidad al parecer efecto de las partículas permanentes en los ropajes de Raito se desprendían callendo al suelo e iluminando un pequeño sendero.

Yan Lin se separó un poco de su teniente, lo suficiente para verle el rostro.Lo apreció por segundos ya menos ruborizada y le sonrió para darle un beso en la boca y cerró los ojos.Tenía algo de sueño y estaba cansada, tenía que descansar en los ultimos dias esperando la llegada de aquel capitan y con él su castigo. Pero quería quedarse así por siempre, abrazada con el ser que mas quería y apreciaba.

Una fresca brisa spló moviendo sus ropas y sus largas cabelleras.Luego la capitana se separo tranquila y lentamente para después abrir sus ojos y mirar dulcemente a su teniente para dedicarle unas palabras.

-Raito, es algo tarde y tengo que ir a descansar. -dice poniendo su mano derecha en la mejilla del teniente- me ha gustado mucho esto.Y sinceramente no me gustaria que terminara por hoy, pero asi tiene que ser. Gracias por esto.- dice dándole un beso en la mejilla.

El aparentemente atemporal teniente con una sonrisa se despide de su amada para después retirarse, después de dedicarle unas palabras en forma de agradecimiento
-Muchas gracias Lin... ya no podía aguantar más escondiendo esto y lo mejor fue que me correspondiste, mañana vendré para ver cómo estas y darte un reporte detallado de la situación acerca de tu castigo; sólo si me encuentro al capitan antes que tú-
Aquella voz tan fría y seca se transforma en dulce y suave sin perder la masculinidad. De un shunpo de aquel tan adornado y perfumado jardín sale el teniente hacia sus aposentos y descanzar un poco, iba derrochando alegría por donde pasaba. La húmeda brisa que levanta aquel shunpo es tan cálida como la mismísima piel de tes blanca de aquella taicho Yan Lin.

Y así la capitana se quedó unos minutos apreciando la luna con una sonrisa cruzada de brasos. Acompañada de sus mariposas, de su serpiente y del sereno cerraba los ojos y sentia que se quedaria ahi dormida si se quedaba ahi de pie. Tomó la decision de irse a recostar y usó shunpo para ir a la cocina y caminó hacia su habitación. Ya dentro dejó a su serpiente sobre su cama y ésta se enrrollo de inmediato.La capitana caminó hacia su ropero y lo abrió, y sacó una especie de haori pero mucho más delgado y fresco y sin aquellos símbolos. Se quitó la yukata que traia y se puso el "haori" para después retirar la sábana que cubría su cama y se recostó.


A la mañana siguiente se despertó, temprano como siempre. Se levantó y apreció por segundos el sol. Caminó hacia el baño para darse una ducha la cual tomó con rapidez con agua fresca.Salió con los cabellos húmedos envuelta por una toalla blanca. Volvió a su habitacion y volvió a hechar un largo vistaso a su ropa.

-veamos...hará algo de calor pero habrá viento, cierto Hebi?-voltea a la cama donde estaba su serpiente ya despierta, quien pareció asentir con la cabeza-eso es bueno- dice con una lijera sonrisa.

La capitana vió un atuendo extraño entre su ropa el cual tomó y examinó. Era un traje de shinigami, probablemente el que recibió aquella vez. Lo puso contra su cuerpo para ver si le quedaba de largo y al parecer era así. Se puso a pensar un poco y se lo puso, le quedaba perfecto, como la primera vez que se lo puso. Le agradan todos los colores pero más que nada los morados,violetas y rosas.Pero no despreciaría aquel traje de shinigami después de todo, su maestro queríaverle con él puesto asi que decidió ponerselo.Algo no le convencia del todo pero no le importó, y se puso el haori, pero al desdoblarlo salió otro bulto de clor azul muy claro lo que hizo que sus ojos se abrieran de sorpresa.

-es...la bufanda de Byakuya dono- dijo sorprendida mientras se agachaba para tomarla con sus manos- sigue siendo suave como siempre, jhm...me pregunto si...-dijo la capitana mientras se levantaba con la bufanda en la mano, la miró por un rato y luego sonrió y se la puso alrededor del cuello un poco olgada para no acalorarse tanto.

Para terminar salió de su habitación y en el pasillo se encontró con una mariposa suya, a la cual le pidio llamar a su teniente y ésta se retiró de inmediato.Ya en la cocina estaban sus dos empleados sentados desayunando.

-buenos días muchachos, cómo durmieron?- preguntó amablemente.

-buenos días.Hang dono, de no ser por algunas cosas diría que el señor byakuya esta frente a nosotros-dijo uno de los empleados sorprendido.

-tú crees?- dice tomando el extremo de la bufanda.- jej tal vez sea así pero bueno. Qué hay para desayunar¿?- dice mientras se sienta

-am...huevos fritos y jugo de naranja.- dice el otro empleado de cabellos negros levantandose para darle un plato.

-desayuno americano jeje sirveme un poco por favor-dice amablemente.

-listo, aqui está- dice el otro de cabellos negros.- provecho!

-provecho- dijo ésta para ponerse a comer.

Raito llega repentinamente y sin interrumpir el desayuno que comenzaban a degustar las personas presentes ahí. Antes de entrar sacude rápidamente sus hombros como alejando el polvo de éstos, entrando algo agitado por el largo camino que recorrió en un tiempo determinado (ni demasiado rápido ni demasiado lento) ve a todos fijamente y los saluda con respeto.

-Buenos días a todos-
Mientras su mirada se desvía hacia su taicho cual viéndola de manera agradable, dulce y liviana disfruta de su hermoso humor mañanero. Se sienta a un lado de ella a esperar órdenes.

-Me llamó usted capitana?-

Yan Lin asintió con la cabeza al escuchar a su teniente, a quien había sentido antes de que llegara a la entrada de la residencia. La capitana termina su bocado y se limpia la boca con una servilleta. Luego voltea su cuerpo hacia su teniente, ésta estaba incada y hace una leve reverencia.

-Buenos días, Raito san-

dijo amablemente. Para sorpresa de sus empleados(más que empleados inquilinos)era la primera vez que le oian dirijírsele por su nombre y no por su apellido, pero decidieron no preguntar.

-Gustas comer con nosotros? después de desayunar iremos al cuartel para checar algunos asuntos y después investigar qué paso con el capitán Mect. -

dijo para volver a su posición anterior. Habló seria pero sin perder el tono de voz normal.Con una mirada le dio a entender al chico de cabellos negros que sirviera otro plato ante la respuesta del teniente.

-Muchas gracias, pero desde temprano me desperte y dispuse a asearme y desayunar como siempre.-

Aquellas acciones eran rutinarias e importantes para el teniente ya que es muy disciplinado en cuanto a ese aspecto, mientras espera pacientemente a la capitana y a los demás acompañantes a que terminen de fagocitar. Sus ropas limpias y su mirada deslumbrante daban una agradable apariencia a todo aquel que lo miraba.

-esta bien- dijo tranquila mientras seguía comiendo.

Los otros dos acompañantes habían terminado ya pero se quedaron sentados a esperar a su superior. La capitana no tardó mucho en terminar y de inmediato se levnató y r ecogio sus platos y utensilios para dejarlos en un fregadero.

-AA... Lin dono yo me encargo de eso- dijo el joven de cabellos negros.

-pero...esta bien Allen- dijo con una lijera sonrisa.

Volvió a dodne estaba el comedor y camino frente a su teniente.

-Esperame un momento, ya vengo.-

la capitana usó shunpo para aparecer en el baño y poder asearse como era debido. Luego de unos momentos reapareció en el vestíbulo y se puso sus tradicionales sandalias.

Caminó por el pasillo hacia la puerta de la cocina, que no estaba muy retirada, y se asomo desde afuera.

-ahora sí, ven, vamos al despacho.-

dijo tranquila y con una sonrisa mientras caminaba lentamente hacia el jardín principal para esperarlo ahi.

Raito lentamente levantándose de donde estaba comienza a dar un paso lento y tranquilo hacia donde yacía su capitana y pareja Yan Lin. Esperaba gustoso abrazarla, así que se apresura hacia ella y extiende sus brazos de manera inmensa; tapando así, el sol que estaba ahi mientras que algunos de los cristales permanentes en sus ropajes se desprendían dando unos efectos de luces bellos y deslumbrantes. Una sonrisa se dibuja en su rostro cual feliz de manera gustoza estaba él

Yan Lin sólo esperó a que llegara con ella su teniente y le abrazara para tambien corresponderle de la misma forma. Se alegro al mismo tiempo que sus huéspedes se extrañaban por tal comportamiento, se miraron y sonrieron, por fin se les hacía ver asi a su señora, como solían decirle. Procedieron a retirarse felizmente para darles su espacio. La capitana se separó y le regalo una grata sonrisa a su teniente y le tomó de la mano.

- Es hora de ir a la división.

Fue lo unico que dijo esperando respuesta de su querido teniente

Raito correspondiendo a aquel cariñoso gesto agarra a su capitana y pareja Yan Lin y se dispone a partir con ella a la división para checar las últimas y más importantes noticias.

-Oye Yan Lin... presiento que algo nuevo y grande esta por pasarnos a ambos, ojalá nos impongan una misión hacia el mundo real, quiero ver cómo es-

Le dice feliz mientras ambos parten rápidamente hacia la división y de ahí, a esperar órdenes pues se rumoraba que algo malo estaba aconteciendo en el mundo de los humanos y mandarían a shinigamis capacitados a investigar y a depurar el aquel prodigioso problema. Raito espera que no sea algo tan grave y poderoso pues como teniente le falta práctica en cuanto técnicas muy avanzadas aunque ya podía dominarlas en parte.

-jeje tienes razón, seria interesante pero tendría que hablar cn el comandante primero. Qué te parece si después de ir a la división entrenamos un rato, sinceramente me siento un tanto oxidada, pues no ha sucedido mucho .

Dice Yan Lin mirando a su teniente mientras se le acerca más y engancha sus brazos y se recarga en su hombro

-Me parece buena idea, a mí también me hace falta algo de práctica-

Sonriéndole a su taicho Yan Lin mientras se dirigen a la primera división para entablar la conversación con el supremo jefe de la SS.